Muchas gracias a @ropadeletras, @lamujerholmes, @jefemaestro86, @athenaspain y @odioJoffrey por el apoyo, ¡¡se os quiere!!
No lo retraso más:
De pronto, como salida de la nada
apareció la Septa encargada de la sastrería, con cara de pocos
amigos y gritando a Cristina.
-¿Dónde te habías metido, niña? ¿Te
crees que esto es el Norte donde puedes hacer lo que quieras? Pues
no, aquí hay un horario que cumplir - Al ver al Lannister, se quedó
muda de asombro durante unos segundos, pero luego siguió con el
sermón.
-¿Y encima molestas a los señores,
insensata? Ser Jaime, -Dijo haciendo una reverencia – Lamento mucho
que os haya importunado esta pequeña cabeza hueca. -Agarró de la
oreja a la Stark queriendo meterla en el local cuando la mano del
rubio la apartó bruscamente y sus ojos la fulminaron con desprecio.
-¿Qué creéis que estáis haciendo,
Septa Prudence? Lady Stark es noble y como tal la debeis respeto, así
que no volváis a insultarla y mucho menos a tocarla, ¿me habéis
entendido? - Temblando de miedo, la mujer se apartó y musitó una
disculpa, pero Jaime no le prestaba atención porque se acababa de
dar cuenta de lo que había hecho, ¡había defendido públicamente a
una Stark! Y, para colmo de males sentía un deseo irrefrenable de
conocerla mejor, así que se le ocurrió una idea para no levantar
sospechas.
-Lady Cristina, necesito un jubón
nuevo, y quiero que me lo hagáis vos, ¿os viene bien quedar esta
noche para tomarme las medidas? - La Septa, indignada por el
desprecio al que había sido sometida habló con voz chillona.
-No será necesario, mi señor, tenemos
vuestra talla archivada, no es menester molestaros.
-Vos sí que me estáis molestando,
haced el favor de ir a hacer esas cosas tan importantes que decíais
que teníais que hacer y no volváis a interrumpirme cuando estoy
hablando. -Como movida por un resorte, la mujer hizo una exagerada
reverencia y se marchó, rezongando por lo bajo.
Cuando se quedaron solos, Cristina no
sabía qué hacer, desde la aparición de la Septa las cosas se
habían precipitado y ella seguía con la sensación de estar
soñando, porque no podía ser real todo lo que estaba pasando, ¿o
sí?
-Aún no me habéis contestado, -Dijo él,
algo nervioso, ¿y si ella decía que no quería quedar?
-Pero ya habéis oído a Lady Prudence,
no es necesario que os...
-No me habéis entendido, lo del jubón
era para alejar a esa vieja entrometida, en realidad os estoy
invitando a cenar.
-No sé si deberíamos... - Dijo,
notando cómo el calor subía por sus mejillas
-Vamos, una cena inocente, no voy a
haceros nada, sólo quiero conoceros mejor. -Sonrió, y en ese
preciso momento, un rayo de sol se coló por encima de las almenas y
fue a caer en su pelo, haciendo que reluciese como el oro, la Stark
no salía de su asombro, pues algo así no podía estar pasándole a
ella, pero, armándose de valor contestó.
-En ese caso acepto, pero no creo que
os vaya a resultar muy interesante conocerme.
-Eso tendré que juzgarlo yo, querida,
¿no creéis? Os veré a la caída del sol en mis aposentos, así
cenaremos tranquilos lejos de miradas indiscretas. -Le cogió la mano
y depositó un beso en ella
-Debo marcharme, pero contaré las
horas que faltan para nuestro encuentro. Pasad buen día, milady, no
trabajeis demasiado. - Se marchó, ondeando su capa al viento, como
si fuese un ángel dorado recién caído del cielo, o eso al menos es
lo que le pareció a ella.