En estos tiempos en los que los niños cada vez pueden pasar menos tiempo con sus padres me ha dado por pensar que tal vez en un futuro no demasiado lejano podría haber una solución posible ¿O no? Judgad vosotros mismos:
R.O.B.B.I.E
El proyecto
R.O.B.B.I.E de conciliación de vida laboral y familiar entusiasmó a todo el
mundo desde el día de su presentación. La idea era sencilla: Dobles robóticos apenas
distinguibles de sus originales humanos con los que los niños disfrutaban
plenamente mientras sus verdaderos progenitores trabajaban con ahínco para
poder permitirse una vida más cómoda y feliz para la familia. Las empresas pronto
vieron que se disminuía drásticamente el absentismo laboral y apostaron por subvencionar
la compra de las máquinas a todo padre dispuesto a ello.
Todas
las noches, al llegar a casa, se extraía el dispositivo de memoria del androide, se introducía en la gran computadora
y se seleccionaban aquellos momentos que se consideraban importantes, la
persona sólo tenía que acostarse y durante la fase REM se descargarían en su
cerebro todos esos datos que quedaban almacenados en la memoria y que se
convertían en recuerdos indistinguibles de los reales.
Si bien
es cierto que quitando aquella serie 210-29-K que salió defectuosa y que
provocó que los datos al ser insertados en el cerebro activasen aquellas
horribles pesadillas y estados de paranoia, no se había vuelto a dar ningún
caso problemático por lo que cada vez más gente se animaban a unirse al
programa y las acciones de Robcorp subían como la espuma.
Dos
años después de su implantación en el mercado el 97% de las viviendas contaban
con al menos un Robbie pero lejos de abaratar su coste, los gastos de
actualización y mantenimiento cada vez eran más elevados y forzaban que las jornadas
laborales se duplicaran y que las vacaciones fuesen prácticamente suprimidas
puesto que se asumió como lógico que el hecho de recordar que se habían vivido
era suficiente descanso.
Entre
todos los trabajadores de Robcorp pronto empezó a destacar Brian Maxwell, un
matemático que era capaz de resolver con una capacidad asombrosa todo aquel
problema que se le plantease sobre la creación de los robots, siempre era
eficiente y nunca se quejaba si tenía que hacer horas extra o si se le
aumentaba la carga de trabajo. Gracias a él las actualizaciones del sistema
apenas presentaban problemas lo que rápidamente llamó la atención de sus supervisores.
El ser empleado del mes durante más de veinte meses consecutivos forzó su
ascenso y la empresa aprovechó el tirón para convertirle en la cara visible de
la empresa. Empezó a ser entrevistado en todos los medios posibles, su cara
aparecía en todas partes y se le comenzó a elogiar como la mejor muestra
viviente de que se el programa funcionaba a la perfección.
Pasó
mucho tiempo hasta que alguien le hizo la pregunta clave: “¿Cómo conseguía
tener tanta vitalidad con la carga de trabajo que tenía sobre sus hombros?” La respuesta fue tan demoledora que provocó
que la bolsa se desplomase: “Fácil, yo soy el robot, el auténtico Brian es el
que está disfrutando de sus hijos en este momento”.
La idea no es tan descabellada, que lo sepáis, ya existen robots muy "humanos" (Pinchando en los enlaces os redigirá a unas páginas interesantes)
Robot asombrosamente humano
Erika
Hiroshi Ishiguro y su doble
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