Hello, again!
Esta idea apareció flotando encima de mi cabeza junto con la nube tóxica generada por los dos kilos de laca que me echaron en la peluquería el otro día mientras me ponían guapa para la boda de Félix y Alina. Lo malo es que no le terminaba de encontrar el punto y me tenía dándo vueltas como una loca.
Pero bueno, ya está aquí, espero que os saque una sonrisa:
RETOQUE DE BELLEZA
Una fiesta de gala en una embajada no era algo para tomarse
a la ligera puesto que la etiqueta era indispensable y, por supuesto ella sabía
que iba a necesitar ayuda para estar radiante.
Normalmente no se cuidaba mucho, su vida giraba en torno al trabajo y cuando llegaba a casa o era demasiado tarde y no tenía tiempo ni ganas de cuidarse un poco o, lo que era más habitual, tenía que seguir haciendo informes y malabares para que no peligrase su vida laboral.
Normalmente no se cuidaba mucho, su vida giraba en torno al trabajo y cuando llegaba a casa o era demasiado tarde y no tenía tiempo ni ganas de cuidarse un poco o, lo que era más habitual, tenía que seguir haciendo informes y malabares para que no peligrase su vida laboral.
No iba a poder librarse de asistir al acto ya que su empresa
iba a ser galardonada con un importante premio que incluía una jugosa inyección
de dinero que permitiría seguir al menos un año más con la investigación que
estaban desarrollando y la habían elegido para recoger el galardón en nombre de
todos.
Resignada, buscó un centro de estética cerca y reservó para
el día siguiente una sesión completa.
Llegó puntual a la cita con la esteticista que, al verla
puso una mueca de sorpresa mientras le preguntaba (Aunque más bien sonaba como
una afirmación) si hacía mucho tiempo que no se dedicaba unos minutos a
mimarse. Sí, claro, que lo hacía pero el estrés, la falta de tiempo, etcétera
se lo impedía. (Omitió la verdadera razón que era falta de ganas porque no le
estaba gustando nada la mirada reprobatoria de la chica y no quería que
siguiese regañándola por ser tan descuidada)
Poco más de dos horas después (Aunque le habían parecido muchas
más), se miró al espejo y casi no fue capaz de reconocerse, ya no daba la
sensación de ser una loca descuidada y todo parecía en su lugar, es más, ni
siquiera recordaba haber tenido un aspecto tan bueno jamás.
-Bueno, cielo. –Le dijo la muchacha mientras sonreía con aire
de superioridad. – Ya estás lista, desde luego has mejorado mucho pero recuerda
que lo importante ahora es que te cuides y no vuelvas a estar así. Hemos tenido
que volver a conectar unos cables que tenían enmarañados, otros los hemos
quitado porque no servían para nada, te hemos dado un baño de aceite y pulido a
conciencia, serán 200 créditos, por favor.
-Y bien merecidos- Contestó ella mientras pagaba sin poder
evitar sonreír al pensar en que su programadora (A la que cariñosamente llamaba
madre) siempre se refería al hecho de maquillarse y peinarse como “Retoque de
chapa y pintura”.