Pero ya está bien, necesitaba escribir algo y ¿Qué mejor que hacerlo contando una pequeña realidad pero "a mi modo"?
Dedicado a mi compañero de trabajo Fernando, que me salva de la locura muchas veces y que sufre todos los días lo que vais a leer ahora. ¡Gracias por aguantarme!
REVOLUCIÓN:
El ambiente estaba cargado, impregnado de una corriente
eléctrica que enervaba aún más los ánimos ya de por si alterados.
Por primera vez en la historia, el grupo de individuos
reunidos era lo suficientemente fuerte como para que, en caso de decidir llevar
a cabo una revuelta, esta fuese efectiva y difícil de sofocar.
Todos tuvieron oportunidad de
exponer su problema y, tras deliberar cuál sería la mejor solución se decidió
que, ya que sus quejas y avisos reiterados no habían servido para nada, sólo
quedaba una opción: Rebelión.
Ajeno a todo esto, Fred se encontraba en su puesto de
trabajo mirando la pantalla de su ordenador. La cabeza le dolía enormemente
pese a haberse tomado un analgésico y los ojos los sentía tan cargados que
empezaba a ver borroso.
-¡Vaya! –Exclamó –No entiendo lo que pasa, llevo días
intentando solucionarlo pero no lo consigo, me estoy volviendo loco, si no
supiera que es imposible diría que, de
repente todos los robots de monitorización se han puesto en huelga, no paran de
dar errores raros.
-Una de dos –Le contestó su compañera. - O llevas demasiado
tiempo trabajando o estamos empezando a vivir la famosa “rebelión de las
máquinas” – Ambos se rieron de la ocurrencia y siguieron trabajando ajenos a que,
en realidad la broma tenía mucho de cierto.