Esta vez vengo con un relato calentito recién sacado del cajón de sastre que es mi cabecita loca.
La idea se la tengo que agradecer a Alberto (@Kradven) que una es agradecida y hay que darle al César lo que es del César.
Ea pues, de mi procesador de textos a vuestros corazones (toma horterada, jajaja)
LA CONFERENCIA
La sala estaba
a reventar, pese a que se trataba del auditorio más grande de la Universidad, la
noticia de que esa tarde el Doctor Hans Trapper iba a comunicar lo que, según
él era “el mayor descubrimiento sobre encuentros del tercer tipo en la historia
de la humanidad” había atraído a multitud de medios de comunicación, miembros
del consejo estudiantil, alumnos e infinidad de curiosos.
Pese al
ruido infernal que armaba tanta gente agolpándose para conseguir el mejor sitio
de la sala, en el momento en el que el ponente hizo acto de presencia se hizo
un silencio sepulcral roto solamente por el sonido de sus pasos por la tarima
mientras se dirigía al atril.
Lentamente,
el científico se posicionó, sacó sus anticuadas lentes del bolsillo de su ajada
bata que alguna vez debió ser blanca; se aclaró la garganta; paseó su mirada
por la zona de bancos y finalmente habló:
-Siempre
creímos que éramos los únicos seres lo suficientemente evolucionados como para
ser conscientes de nuestra propia existencia. No estábamos preparados para
encontrarnos con esto.
Sé que
muchos de ustedes se estarán preguntando cómo podemos estar tan seguros de esta
afirmación, yo mismo negué la evidencia durante los años que ha durado este estudio pero no se puede dar la espalda
a lo obvio.
Miles de
años mirando a las estrellas en busca de respuestas a las grandes preguntas,
suplicando que se nos concediese la oportunidad de contactar con entes
procedentes de otro planeta, allende las galaxias; generaciones enteras soñando
con esa posibilidad, componiendo canciones, historias y teorías y por fin
tenemos ocasión de cumplir este sueño.
Sé que como
periodistas que son querrán dar a conocer al público esta noticia y es probable
que muchos de ustedes se dejen llevar a la hora de publicarlo causando pánico innecesario,
les aseguro que estos seres son inofensivos y jamás osarían dañarnos, al fin y
al cabo hace siglos que establecieron contacto y nunca se han reportado
incidentes relacionados con ellos.
Disculpen a
este viejo investigador, veo por sus caras que tanta charla les está resultando
tediosa y comprendo que querrán conocer la identidad del ente que nos ocupa así
que no lo vamos a demorar más.
Frank, por favor, deja entrar a nuestro
invitado.
-La puerta
se abrió, al igual que la imaginación de los presentes que esperaban que tras
ella se encontrase el típico alien de película de serie B con los ojos
almendrados, o bien aquél otro verde y viscoso, pero, en cambio, se encontraron
con un ser pequeño que, grácilmente se dirigió hacia donde se encontraba el
Doctor y, dando un brinco, se posicionó sobre el atril, acercó su boca al
micrófono y, teniendo de fondo las risas de los presentes, profirió un sonoro
maullido.